sábado, 18 de septiembre de 2010

Martina Garcia

El Otros Rostro de Martina

 Sus primeros papeles la mostraron como una niña tonta y rebelde. Ahora es Rita, en `Amor ala plancha', y se prepara para protagonizar una película de Sergio Cabrera. La verdadera Martina García es amante del `punk', busca a Dios a través del budismo y quiere ser escritora.

Su cara angelical, su cuerpo menudito y sus ojos grandes y brillantes envuelven una conversación con Martina García en un manto de tranquilidad y dulzura. Los mismos que transmite Rita, su personaje en la telenovela Amor a la plancha. Tal vez por eso, esta bogotana de 22 años se siente tan plácida caracterizando a la protagonista de la telenovela de RCN. Y es que con sus tres papeles anteriores (Caperuza en La guerra de las Rosas, Antonia en Francisco el matemático y Laura en María madrugada) al público, y a muchos de sus colegas, les quedó la idea de que Martina era una niña rebelde, loca y que tal vez solo podía interpretar a adolescentes insoportables que no aguantan su propia vida. "Muchos directores decían que yo era rara, porque soy vegetariana, porque tengo mi propio sello para vestirme, por que me gusta el estilo punk y gótico. Pero no soy rara, soy normal", dice.

Martina sabía que era lógico que le ofrecieran papeles acordes con su edad empezó a actuar a los 19 años- que apuntaban a adolescentes `incomprendidas', por eso nunca se atormentó pensando que la iban a encasillar. Pero estaba aburrida de no poder evolucionar como actriz. Este cansancio, sumado a sus ganas de vivir un tiempo fuera de Colombia, la hicieron empacar maletas. "Para ser actor es importante conocer otras culturas, salir del país, ver que hay otras cosas. Eso enrique ce", analiza esta mujer, que a los 14 años ya pisaba las pasarelas de la moda del país mientras terminaba sus estudios en el Liceo Francés, donde aprendió inglés y francés.



Volvió la inocencia
Llegó a Inglaterra el año pasado, sin más que los ahorros de sus trabajos, la in formación de The Central School of Speech & Drama y las ganas de entrar a esa escuela de actuación. "En Londres sentí que volví a nacer. Me volvieron a brillar los ojos. fue como un regreso a la inocencia. Era como encontrar la belleza en todas las cosas", confiesa. Con un checo, fueron los únicos extranjeros aceptados para estudiar allí. Se había propuesto no volver al país antes de seis meses y por eso se perdió de presentar varios casting. Incluso, estando en Edimburgo, recibió por correo electrónico el perfil de Rita y tres escenas para la audición. Grabó su propuesta, por que la idea de trabajar con el director Mario Ribero le fascinó, y en marzo estaba grabando Amor a la plancha.

La llegada de este personaje a la vida de Martina coincidió con un momento de reflexión, búsqueda de paz interior y acercamiento a Dios a través del budismo. Ribero la ayudó a explotar lo que en otros papeles no había podido y, para completar su dicha, solo tuvo que mirar hacia Marta, la nana que la ha acompañado desde que tenía un año, para encontrar la alegría, optimismo y belleza de Rita.
Los sueños de Martina se siguen realizando. La próxima semana comienza las grabaciones de Perder es cuestión de método, cinta dirigida por Sergio Cabrera, basada en el libro de Santiago Gamboa. Interpretará a Quica, una prostituta de unos 18 años. El reto actoral no será diferenciarla de sus primeros personajes, sino de Rita, pues aunque la niña vive en el bajo mundo, es dulce y alegre como la emplea da del servicio de la telenovela.
Las rumbas y los conflictos existenciales, por los que atraviesa cualquier adolescente, quedaron atrás. Aunque ha sido una mujer independiente, después de haber vivido en Londres aprendió a valorar más la compañía de sus cercanos. Por eso, los pocos ratos libres que tiene los pasa conversando con su mamá, con quien vive, y con su gato, Sioux, quien es el culpable de los rasguños de sus manos. Ahí va alcanzando sus metas y otra de ellas es ser escritora. Quizá publique los cuentos que tiene guardados.


Es bogotana y nació el 27 de junio de 1981. Demostró su talento con el personaje de Caperuza en La guerra de las Rosas. Desde pequeña ha combinado su carrera de actor con la de modelo, y ha sido la imagen de ropa juvenil, como Gas Evolution y Jeans & Jackets. Participó en el concurso Elite Model Look de Klass Model y ocupó el tercer puesto. Martina ya había actuado en Rosas al atardecer y en Los niños se toman al mundo, el programa de María Angélica Mallarino. Ha hecho cursos en la academia de Paco Barrero Estudio XXI y su gran sueño es trabajar en cine.

Tiene 26 años y ha estado en muchas partes, estudió en el Central School of Speech & Drama de Londres, vivió la ciudad, pasó mucho tiempo visitando museos y exposiciones, vio en vivo a sus ídolos The Cure y David Bowie y según dijo alguna vez fue all donde aprendió "a encontrar la belleza en todas las cosas".Ahora está en México filmando Tierra de Tigres, el primer largometraje de Fernando Lebrija. Martina estudió en el Liceo Francés y desde los tres años ha estado rondando la televisión. Había algo de premonición en el hecho de que uno de los programas infantiles por los que pasó se llamara Los niños se toman el mundo. Su debut en serio fue con el rol de Caperuza en La guerra de las rosas y sin duda su personaje no sólo hizo que muchos televidentes masculinos se volvieran fieles seguidores de una telenovela en horario Triple A, sino que muchos de ellos le siguieran la pista en Francisco el matemático, Amor a la plancha y La Saga. Martina ha estado cerca del budismo y el vegetarianismo, del punk y lo gótico, y finalmente, porque se había ido a Londres para aprender a actuar y llegar al cine, terminó encarnando a Quica, la prostituta de Perder es cuestión de método cuando Sergio Cabrera llevó al cine la novela de Santiago Gamboa, y ahora también está en la adaptación de Satanás, de Mario Mendoza. Ha modelado de vez en cuando y tiene guardados algunos cuentos, no sobre ella sino de ella, porque la "niña rara" que llegaba a los sets con pintas más extrañas que las de sus personajes quiere además escribir en serio.


Protagonista colombiana de Amar a morir
Nació en Bogotá el 27 de junio de 1981. Desde pequeña ha combinado su carrera de actriz con la de modelo, y ha sido la imagen de ropa juvenil, de marcas como Gas Evolution y Jeans & Jackets. Participó en el concurso Elite Model Look de Klass Model y ocupó el tercer puesto. Hizo cursos en la academia de Paco Barrero Estudio XXI y Alfonso Ortiz, luego viajó y estudió en el Central School of Speech & Drama de Londres, allí aprendió de Vincent Cassel y Ewan McGregor, éste último, actor de películas como Mouling Rouge y La guerra de las galaxias. En Londres vivió la ciudad, pasó mucho tiempo visitando museos y exposiciones, vio en vivo a sus ídolos The Cure y David Bowie y según dijo alguna vez fue allá donde aprendió "a encontrar la belleza en todas las cosas".

Se inició en la televisión en producciones como Rosas del atardecer, María madrugada, Francisco el matemático, La guerra de las rosas, donde interpretó a Caperuza, una adolescente incomprendida, papel que además le valió la nominación a un premio India Catalina en la modalidad Mejor actriz revelación y otra más en los premios TV y Novelas en la misma categoría, en el año 2000. Estando en Edimburgo, recibió por correo electrónico el perfil de Rita y tres escenas para la audición de Amor a la plancha (2003), envió su propuesta y en marzo ya estaba grabando la telenovela que fue dirigida por Mario Ribero y que le permitió evolucionar y consolidarse en el mundo de la televisión. Luego trabajó en la exitosa serie La saga.

Su entrada al cine fue en la cinta Perder es cuestión de método (2004), del director Sergio Cabrera, donde encarnó a Quica, una joven prostituta de 18 años. Luego llegó la oportunidad en Satanás (2007) del director Andi Baiz, donde interpretó a Natalia, la alumna de inglés que Eliseo asesina a puñaladas. Cuando recibió el guión de manos del director Andy Baiz lo leyó de inmediato, pero esa noche no pudo dormir, quedó impresionada. No dudó en aceptar el papel y se puso en la tarea de conocer un poco más de la famosa historia de la matanza de Pozzetto. Se sintió muy bien trabajando con Baiz y con Damián Alcázar, actor de amplia experiencia.

Viajó a México donde estuvo por dos meses, en la zona costera de Michoacán para rodar la película que en un principio se llamó Tierra de tigres, y su título final fue Amar a morir (2009), ópera prima de Fernando Lebrija, co producción colombo - mexicana que protagonizó haciendo el papel de Rosa una joven de exótica belleza que se enamora de Alejandro Vizcaíno, el heredero de un imperio bancario de Ciudad de México. La experiencia le encantó, la playa fue su gran compañía y como dijo, “dormía arrullada por la voz del mar”. La película ganó el Nueva Vision Award a Mejor Película en la Sección Latin Cinema en el pasado de Festival de cine de Santa Bárbara y será la película que clausure el Festival Internacional de Cine de Cartagena este fin de semana. 



 
Rara, punk y budista
Siempre se caracterizó por ser un personaje particular.  Comenzó a modelar siendo apenas una niña, decidió ser vegetariana en plena adolescencia, escuchaba punk y buscaba la verdad en el budismo. Ella misma, hace algunos años, confesó que cuando ingresó a la televisión muchos directores decían que era "rara". "Es muy ella, y en eso radica su magia", asegura Mario Ribero, el reconocido director de Yo soy Betty, la fea, quien la eligió para el papel de Rita en Amor a la plancha.En 2001 decidió apostarle a la academia. Si bien ya había trabajado en La guerra de las rosas, Francisco el matemático y María madrugada, viajó a Londres para estudiar en el Central School of Speech and Drama. Hasta allá le llegó, por correo electrónico, el perfil del personaje y tres escenas escritas para que presentara la audición. "No pensamos en nadie más para el papel -recuerda Ribero-. Martina tiene un aura muy especial. Necesitábamos una mujer de apariencia frágil pero con mucha fuerza interior, y ella es así, con una mirada que te cautiva".

Cuando responde mis preguntas acaba de regresar de unas vacaciones en el sur de Francia. Recuerda esa época, asegura que fue un papel muy bonito para ella y que aprendió mucho al lado de Ribero. "He cambiado de acuerdo con lo que he vivido desde entonces, tengo más experiencia, pero en el fondo me sigo acercando a todo con la misma inocencia y la misma inquietud de siempre".
En 2003 la ya reconocida actriz pasó de inocente empleada del servicio a prostituta adolescente en la adaptación que Sergio Cabrera hizo de la novela Perder es cuestión de método, de Santiago Gamboa. Así, de la mano de la cinta de Cabrera, que es una celebridad por esas tierras, llegó Martina a España. "La crítica hacia mi trabajo fue maravillosa y empezó a representarme la agencia de actores más importante de aquí", nos cuenta desde su apartamento en Barcelona, cerca al histórico hospital de la Santa Creu I Sant Pau.


París-Barcelona

Martina vive a caballo entre este 'piso' exterior cerca de la Avenida Gaudí y un pequeño estudio, de diseño moderno pero, decorado con muebles bohemios y antigüedades, en pleno Saint Germain-des-pres en París. "Francia hace parte de mi vida, me gradué del Liceo Francés y visito regularmente este país desde niña".
A finales de 2007, tras terminar Amar a morir, debía decidir entre quedarse en México, regresar a Colombia o viajar a España, donde el ecuatoriano Sebastián Cordero {Ratas, ratones y rateros, Crónicas) la había elegido para ser la protagonista de Rabia, una historia de inmigrantes latinoamericanos que acaba de estrenarse en el Festival de Cine de Toronto. "Me decidí por España. Me pareció coherente estar allí para acercarme más a la realidad del personaje y alternar con los ensayos". 
Ya en Europa, París bien valía algunas carreras. Se inscribió en La Sorbona para estudiar filosofía. "Fue una necesidad que se impuso en mi vida. Me cuestiono todo, como persona y como actriz, y la filosofía me mantiene el espíritu abierto. Lo interesante de ser actor es la posibilidad de ser otras personas, pensar diferente, sentir diferente. La filosofía me permite ver las cosas desde diversos puntos de vista, entender otras escalas de valores, además de acercarme al origen y a la verdad". Una verdad que pasa por Nietzche, el filósofo al que siempre regresa para encontrar respuestas, pero también por Camus, Auster, Kerouac y García Márquez.
Repartió todas sus clases en París de miércoles a viernes ("empezando desde muy temprano hasta muy tarde, y casi sin respiro"), el resto del tiempo se lo dedicaba, en España, a su carrera como actriz. Sin embargo, con la promoción de Amar a morir, el rodaje de No eres tú, soy yo (una comedia del mexicano Alejandro Springall) y la huelga en contra de la reforma educativa en Francia, ya no pudo sostener esa rutina.
"Estoy en proceso de volver a organizarla", asegura mientras da vueltas por las canciones favoritas en su Ipod, una ecléctica colección que va de John Frusciante (guitarrista de los Red Hot Chili Peppers) a Bach, pasando por la francesa Charlotte Gainsbourg, la ahora primera dama de Francia Carla Bruni, Sophie Auster, Blondie, Louis Bertignac, Kurt Weil, Beethoven y Schubert. ¿Habrá una Martina cantante en el futuro?, le pregunto. "Habrá, cuando pueda concentrarme en ello. Sé cómo hacerlo".
Por el momento está concentrada en retomar su rutina de estudio y consolidar una carrera como actriz cada vez más exitosa. "Me interesa trabajar con buenos directores y con buenos actores, que la historia me haga sentir algo, que el personaje represente un reto para mí, que vea la posibilidad de disfrutarlo, aunque sea desde el dolor". Hace poco una revista colombiana tituló que García iba siguiendo los pasos de Penélope Cruz. ¿Barcelona es una escala en su camino a Hollywood? "Cada momento es una escala para el siguiente. Nunca me lo propuse así. Si termina siéndolo... solo Dios sabe".
Mientras tanto sigue disfrutando de las tardes en la plaza de La Sorbona y los cafés de Saint Germain-des-pres, soñando con escaparse algún día a un lugar exótico, viviendo a su ritmo. "Un bonus track", me dice refiriéndose a su particular top 10 musical. "Nick Cave and the Bad Seeds". Investigo, una banda australiana que comenzó a sonar a mediados de los 80. Una especie de punk-rock oscuro, algo siniestro y muy erótico, Cave tiene una voz desgarrada, cascada, como la de Tom Waits, el otro bonus track de su listado. Ribero tiene razón. Martina es muy ella... y tiene magia..


 
Una estrella en franco ascenso
Esta 'sirena', como la describió la revista Elle, esta 'muñeca', como la definió Vogue, esta actriz que anda haciendo moñona con su actual participación en cinco películas internacionales -Amar a morir, Rabia, No eres tú, soy yo, La mosquitera, Biutiful-, sonríe cuando se le pregunta por el éxito en sus cortos 28 años y suelta un "he tenido suerte", con voz suave. Pero no es solo suerte lo de Martina García.

Ha pasado ya tiempo desde los cursos de ballet que tomó mientras estudiaba juiciosa en el Liceo Francés de Bogotá: Pero todavía hoy su cuerpo revela ciertas posturas por cuenta de ese aprendizaje. La delicadeza clásica, tan propia de ese arte y que ella reconoce que a veces le estorba, sobre todo cuando está en el set interpretando un personaje.
De niña también estudió cerámica y practicó equitación y se probó en la danza y ensayó, con buenos resultados, el canto. También modeló. Todo esto antes de que llegara el teatro, que al principio poco le interesaba. Pero al final llegó, y lo hizo de la mano del amor que empezó a tomarle al cine. Y a una actriz francesa en especial: Isabelle Adjani. Las vueltas que da la vida. Hace poco, en una elegante gala de estreno, Martina conoció a su ídolo. Recuerda que no le salieron palabras cuando la tuvo cerca, y muchos menos cuando Adjani le sonrió y le dijo que iba a verla en Rabia.


Martina tenía 14 años cuando le dijo a su mamá, Cecilia, que la inscribiera en una buena escuela de teatro porque no quería que el asunto se volviera algo de aficionados. Ella deseaba ser actriz.
La televisión le llegó antes que el cine. Cuando armaba planes para estudiar en Europa, le ofrecieron su primer papel en una novela, el de Cape-rusa en La guerra de las rosas. "No lo busqué -dice Martina-. Incluso dudé en aceptarlo. Con esa educación ultracultural francesa, mi idea era irme a París, no entrar en la televisión". Pero lo hizo y de ahí siguieron otros papeles en series y novelas (Amor a la plancha, por ejemplo, con Mario Ribero, "el primer director que me tomó en serio como actriz", dice). Y en ese tiempo una persona conoció su rostro: Sergio Cabrera.
El director planeaba su película Perder es cuestión de método y después de un largo casting infructuoso, buscó a Martina para que interpretara a Quica en la cinta. Además de su belleza, Martina ya se había ganado la fama de realizar un trabajo serio.
Esa película, afirma, abrió las puertas de su carrera. "Empezó esto", pensó en ese momento. En adelante, de hecho, han seguido participaciones en cintas como Satanás y las cinco que ahora empiezan a estar en cartelera dirigidas por Alejandro González Iñárritu y Sebastián Cordero, por ejemplo, y en las que ha compartido set con actores de la talla de Damián Alcazar, Daniel Jiménez Cacho, Javier Bardem y Concha Velasco. .
En estos momentos Martina es asesorada por la misma agencia que tiene a estrellas como Penélope Cruz. Allá le dieron un consejo: esta carrera depende tanto de las propuestas que se aceptan, como de las que se rechazan. Por eso los pasos siguientes se los toma con calma. "No sé explicar este momento más que por el hecho de que el trabajo da sus frutos -dice Martina-. Cada papel que he hecho ' me ha traído el otro". Hoy su vida se reparte entre España, Francia, México y Colombia. Sus estudios de filosofía en La Sorbona están suspendidos por ahora, mientras cumple con estrenos y festivales. Ni siquiera le queda tiempo para hacer algo de ejercicio, se lamenta, y a pesar de eso mantiene sus habituales 48 kilos (delgada, para 1.71 de estatura). Pero no se detiene. Ahora estudia una propuesta de otra película de la que prefiere aún no hablar. Está leyendo el guión. Comparte ese texto con otro, que es su-favorito, la Metafísica de la voluntad de Shopenhauer. Así es Martina.




Actriz - filmografía
(2000s) (1990s)
  1. La mosquitera (2010)
  2. Biutiful
  3. No eres tú, soy yo (2009 - en producción)
  4. Rabia (2009) .... Rosa
  5. Amar a morir (2009) .... Rosa
  6. Tierra de tigres (2007) Pelicula colombo-mexicana
  7. "Plan América" .... Adriana Vásquez (5 episodes, 2008)
        -
    Los Gamboa (2008) TV episode .... Adriana Vásquez
        -
    Quiebrapatas (2008) TV episode .... Adriana Vásquez
        -
    Tabaco y ron (2008) TV episode .... Adriana Vásquez
        -
    Episode #1.4 (????) TV episode .... Adriana Vásquez
        -
    Hormigas (????) TV episode .... Adriana Vásquez
  8. "Tiempo final" .... Camila (1 episode, 2008)
        -
    Autografo (2008) TV episode .... Camila
  9. Satanás (2007) .... Natalia
    ... aka Satan (International: English title: informal literal title)
  10. Perder es cuestión de método (2004)
  11. "Amor a la plancha" (2003) TV Series .... Rita Emilia Pulido
  12. "Maria Madrugada" (2002) TV Series .... Laura
  13. "Guerra de las Rosas, La" (1999) TV Series .... Caperusa Rojas
  14. "Francisco el matemático"  .... Antonia
  15. "Rosas al atardecer"
  16. Los niños se toman el mundo